Miguel, el as bajo la cuerda

• Miguel Angel Monsalve es el encordador oficial del equipo colombiano
• En Medellín completa dos confrontaciones en esta función
• Nos confesó los caprichos de los tenistas nacionales con su encordado

O.P.LAT. (abril 5 de 2017) En Miguel Ángel Monsalve recae gran responsabilidad en los resultados del equipo colombiano en la Copa Davis.

Este bogotano, de 29 años, es el encargado de satisfacer los requerimientos de los tenistas, en cuanto al encordado de las raquetas. “Yo encordaba a los colombianos cuando participaban en el ATP 250 de Bogotá y de ahí me gané la confianza de ellos. Cada vez que visitan la Capital me buscan para arreglar sus raquetas, y por eso me llevaron al equipo”, manifestó Monsalve, que no pierde detalle de los entrenamientos en Medellín.

Miguel Angel, que ya completa dos confrontaciones de Copa Davis (la primera, el año anterior ante República Dominicana, y ahora ante Chile en la “Bella Villa), nos compartió los secretos y caprichos de cada uno de los integrantes del equipo colombiano.

Santiago Giraldo
“Podríamos decir Santi es el más caprichoso del equipo. Combina su encordado con fibra natural (46 libras verticales) y Luxilon (44 libras horizontales). Siempre nos exige realizar el pre estiramiento de la fibra natural antes del proceso para conservar la tensión, y templar cuerda por cuerda. Una vez la raqueta esté lista, nos pide guardar cada una en bolsas empacadas al vacío para aislarlas del calor”.

Eduardo Struvay
“El Topo es mucho más tranquilo. Utiliza sólo cuerda Luxilon con 20 kilos de tensión (aproximadamente 45 libras), tanto en verticales como horizontales. Su único requerimiento es llevarle la raqueta el campo cuando esté jugando, para mantenerse bien equipado”.

Robert Farah y Juan Sebastián Cabal
“Ambos usan el mismo encordado y tensión: 50 libras horizontales y verticales, con cuerda RPM vertical y fibra natural horizontal. Tienen las mismas exigencias de Santiago en cuanto al pre estiramiento de la fibra natural, templar cuerda por cuerda y empacarlas al vacío para aislarlas del calor”.

En esta profesión no pueden faltar los percances. Recuerda cuando en la isla dominicana se le reventó una cuerda de la raqueta de Giraldo, y tuvo que reiniciar el proceso, y ahora en Medellín, que no tuvo a tiempo una de las raquetas del “Topo”. Pero son gajes del oficio que engrandecen más y más las funciones de los ángeles guardianes de la delegación colombiana.